viernes, 30 de julio de 2010

Montevideo...

Madrugada montevideana. Noche con niebla tras un día de inundaciones en las afueras de la ciudad. Dia gris, triste, en el que el paraguas no servía de mucho para frenar una lluvia intensa y racheada que ha convertido las calles de la ciudad en auntenticos rios, incluso en el centro.
Ya me despido de Uruguay, ahora, desde la habitacion del hotel con una nostalgia que no pensé iba a tener despues de estos intensos dias de estudio. Quizás tantas horas conviviendo con los compañeros ha hecho que se quede en mí, un trocito de esta ciudad, de los dias grises y frios de un inusual invierno en el Rio de la Plata...
Este pueblo grande que es Montevideo, a pesar de no haberlo disfrutado mucho, a pesar de no ser especialmente lindo ha terminado por gustarme... Dicen que a los lugares los hacen las personas y que, cuando uno se va de un lugar, no añora el país, sólo a su gente... El Montevideo que yo dejo despues de 14 días ha estado conformado, curiosamente, por un mosaico de nacionalidades, que lo ha convertido en algo entrañable; la dulzura surcoreana, la dureza catalana, la tranquilidad mexicana y costarricense, la sabiduria uruguaya, la chispa colombiana, el orgullo argentino, la simpatía francesa... y sobre todo, la calidad humana de todos ellos es lo que creo que ha generado en mi, esta dulce melancolía, sabiendo que nos separamos pero que hemos ganado varios amigos...

...Desde Montevideo...

1 comentario:

  1. Isra,

    no sabes las ganas que tengo de estar con ustedes y gustar de esa melancolía que vos seguís contando...

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