domingo, 4 de julio de 2010

...MI BUENOS AIRES QUERIDO...


Veo a través del cristal que me separa de las pistas del aeropuerto, maletas cargadas de sueños, de regalos, de promesas, de recuerdos...

Miro a mi alrededor y veo hombres de negocios mirando poseidos sus portátiles... Miro y veo familias, mochileros, esperando impacientes la salida de su vuelo o recorriendo con inusitada fiebre consumista el dutty free, apurando sus compras para algún pariente olvidado...

Observo todo esto mientras anochece en Buenos Aires... imagino como se van encendiendo las luces de esta monstruosa ciudad. El Obelisco de Plaza de Mayo, los escaparates de Florida, el café Tortoni, la avenida Corrientes, sus teatros, sus cines... Resulta paradójico que mientras la luz del sol se va, en la ciudad sigue pareciendo de día, gracias a la luz artificial.


Sin embargo, no todas las partes de la ciudad están iluminadas. Vuelvo la vista a dias pasados y me vienen instantáneas, pasajeras y fugaces, como mi paso por la capital del tango. En todos los lugares recién mencionados siempre hay algún recoveco donde te puedes ocultar... o pueden ocultarte. Partes de la ciudad que escapan a las luces de cines y teatros, partes de la ciudad que permanecen ocultas y ocupadas por nuevos habitantes. Al caer la noche las calles ocupadas `por hombres en traje, por turistas, son ocupadas por un nadie desarapado, descalzo sucio, que se intenta ganar su "salario" buscando en la basura y no en la oficina, que en lugar de buscar viajes en la web, buscan cartón en la calle, que en lugar de llamar a un taxi para irse a cenar con una linda mina, le llama para abrile la puerta, por unos pesos, a esa mina que se escapa con otro.

La ciudad es su hogar, las fuentes su jacuzzi, la basura su despensa, el desprecio su rutina... Son invisibles, son nadies, porque a nadie le importa si un día ya no vuelven a su acera, a nadie le importa si son atropellados por un bondi mientras empujan sus cartones...

Pero estos que vemos en el Microcentro porteño son una minima parte... Las villas, están llenas de gentes sin recursos, de gente sin oportunidades (o ¿deberíamos llamarlos loosers, perdedores, como en EEUU?), hundidos en la misería, en la droga... pero gente con dignidad.

Todos nos alarmamos de la violencia que los nadies ejercen contra nuestro bienestar, contra nuestras propiedades pero, ¿nos hemos parado a pensar que esta violencia es recíproca? Un sistema injusto y que reproduce la pobreza de manera sistémica, es un sistema violento y la violencia seguirá existiendo mientras sigan existiendo las desigualdades y las injusticias...

Aeropuerto Ministro Pistarini, Ezeiza, Buenos Aires, 11 diciembre de 2009.


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