En tierras charrúas

Ya me hallo en tierras charrúas, indios exterminados, por lo que ya no se ven por estas tierras...

Estoy hospedado en el Hostel El Español, vaya originalidad, tienen los uruguayos, la verdad... Llegué a Colonia de Sacramento esta mediodia, sabado, en barco desde Buenos Aires. El viaje ha sido tranquilo, ya que he pasado las tres horas del trayecto durmiento puesto que anoche no dormí más que dos horas y media. ¿Por qué? Me fui a cenar con Ana, Alexis (su novio) y Javier y Paula, a casa de estos últimos. Una cena que no me gustó mucho, ya que era arroz con marisco y, a mi, como que el marisco no me va. Sin embargo, fue una cena amena, divertida e interesante, ya que estuvimos hablando del tema del matrimonio gay en Argentina, recién aprobado, comparamos Europa, con América Latina y Brasil, ya que también cenó con nosotros James, otro amigo, brasilero, de ana y alexis. A parte de eso nos reimos mucho, ya que el vino pega y encima yo con el tinto... se me subo enseguida...

Total que después de la cena y las risas nos fuimos a ver un concierto de un grupo folk-rock que se llama Arbolito. Estuvimos en un boliche de la zona de Pompeya, pegando con el Riachuelo, al suroeste de Bs. As. ¡¡Fue la bomba!! El concierto super entretenido, muy originales y armando quilombo, como decían aquí, con banderas, pancartas... La historia del nombre del grupo es en honor a un indígena, que se llamaba Arbolito y cuya historia contaré en otro momento, je!

Resumiendo llegamos a casa a las 4h y aun tenia que terminar de hacer la maleta... y a las 7 y media estaba en pie con el taxi en la puerta... Yo pensaba que me daría algo en el barco, pero no, he caido como un pajarillo... y me desperté llegando a Colonia.

Aqui todo es genial, comparto habitación con una pareja de californianos muy simpáticos y que se esfuerzan mogollon por comunicarse, a pesar de que nuestros idiomas, mi ingles y su español no es del todo bueno, pero hacer el esfuerzo crea siempre un ambiente más amigable. Por cierto me encantan los albergues!! Conoces gente y hablas con cualquiera que ande por ahí, en la cocina, comedor... lo que hace que no llegues a sentirte nunca solo o, por lo menos no tanto como puede suceder en las frías habitaciones de hotel.

De Colonia que os voy a contar... Es una pequeña ciudad al oeste de Montevideo desde la que se ven, al otro lado del Rio de la Plata, los rascacielos de Buenos Aires, sus calles son adoquinadas, llenas de árboles desnudos, casas coloniales, olor a madera quemada, asado y mate por todos lados... Sin emabargo, el frío que asola estos días todo el cono sur, dan al lugar un aire meláncolico, puesto que apenas se ve gente en las calles, recluidas al calor de la yerba y de la estufa... La ciudad, es no tiene ningún monumento que ver, pero merece la pena perderse por sus calles, ya que en cada esquina puedes encontrar la típica postal de pueblo viejo y acogedor, donde te esperas que aparezcan caballos tirando de una carreta... Pero, sin lugar a dudas me quedo con la puesta de sol de la que goza esta ciudad... os voy a poner una de las muchas fotos que hice ya que, una imagen vale más que mil palabras... asi que disfrutad!!!