sábado, 26 de marzo de 2011

A 35 años del golpe...


El del jueves fue un día de los que se graban en la memoria de uno.

Como todos los 24 de marzo, desde el final de la dictadura argentina, el pueblo salió a la calle para recordar. Es el día de la Memoria. Un día en el que la sociedad argentina recuerdo el terrible golpe que sufrió, no sólo por el terrorismo de Estado, sino también por la irracionalidad de la razón económica que era el principal objetivo del golpe, por la brutalidad más inhumana en la que los torturadores perdieron su condición de seres humanos, por el abuso de poder y la arbitrariedad más absoluta que conocieron. La experiencia fue increíble y terminas sintiendote parte de todo.

Desde el inicio de la marcha se respiraba un ambiente diferente, se percibía la importancia que tenía para cada uno de los que estaban allí. Son conscientes de la necesidad de su presencia allí, como también la de hacer Presentes a los Detenidos-Desaparecidos. Todos comprendían el significado de estar allí y creo que a un extranjero le constará poder llegar a interiorizar el significado que tiene para la sociedad argentina esta Marcha.

Saben de la importancia de recordar, no es una cuestión política lo que les mueve y les hace permanecer durante horas andando o parados, en pie. Saben que la Justicia, si no viene, hay que ir a buscarla, saben que si no te dan lo que uno pide hay que exigirlo, saben que si la memoria se desvanece, sus desaparecidos desaparecerán para siempre en el fondo del Río de la Plata.
Quizás el momento más especial, o uno de ellos, porque a partir de aquí todo fue increíblemente emotivo, fue cuando las Madres de la Plaza de Mayo llegan a la Plaza portando la bandera con las fotografías de 30000 desaparecidos... El respeto abrumaba, los aplausos retumbaban, los cánticos estallaban... y la dignidad brotaba de cada una de las personas allí presentes. Daba igual de que clase social fueras, a que partido, agrupación o grupo piquetero pertenecieras, si eras argentino, boliviano o paraguayo. En ese momento, comprendí lo que es un pueblo. La energía brotaba de cada una de las personas allí presentes y se convertían en uno. Saltando, gritando,
cantando contra la dictadura, contra los represores, contra los que robaron a sus bebés, a sus nietos...

Las madres hablaron, toda la plaza guardaba silencio. Como si fueran a anunciar algo que nunca habían anunciado, aunque siempre el mensaje es el mismo, las palabras similares... El respeto no cambia, aumenta... La plaza, donde no cabía nadie más y desde donde se podía observar que la marcha cubría toda la avenida de Mayo, estalló cuando una de la Madres se puso a cantar: "Olé oléeee olé olaaaa como a los naziiiiiis les va a pasaaaaar, y adonde vayan los iremos a buscar, olé oléeee, ole olaaaaa, y el que no salteeee es militar!!" Y plaza de Mayo comenzó a saltar...

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