jueves, 15 de julio de 2010

Con el agua al cuello en el Delta

El otro día, concretamente el mismo lunes que no pude viajar a Iguazú, aproveché que me habia levantado tempreno para ir a visitar el Delta de Tigre, a unos 20-30 km al norte de Capital Federal.

El viaje fue interesante por varias razones. A pesar de ir hasta Tigre, en un tren turístico, llamado el Tren de la Costa, tuve que desplazarme en bondi desde mi casa hasta la avenida Maipú, ya en provincia hasta donde tardé casi hora y cuarto de metido en el bus, atravesando toda la zona norte de Buenos Aires (Villa Crespo, Belgrano, las Cañitas, Barrancas...) A lo largo del recorrido pude ir observando el cambio paulatino que se iba produciendo en las calles y barrios por los que iba pasando según nos acercábamos al norte de la ciudad. Aquí, la estructura social de los barrios está bastante bien definida, por lo general, y en el norte se encuentran los barrios de clase media o media-alta y al sur barrios de trabajadores como La Boca. Pero este cambio, donde mejor se lo pude apreciar fue, tanto en la vestimenta de la gente como en las tiendas que había por las diferentes calles y avenidas, ya que por lo general, el estado de los edificios, al menos exteriormente son similares. Un ejemplo, en la avenida del Cabildo, pude ver una tienda de Yves-Saint-Laurent, Dior, Quiksilver, pocos cientos de metros. Tiendas que no se ven en todos los barrios porteños.

Respecto de Tigre, es la ciudad puerto que da acceso al delta por su parte sur y fuente principal de abastecimiento de los habitantes que viven en algunos de los miles de canales existentes. La ciudad es una ciudad tranquila, de casa grandes, con verdes jardines, calles arboladas y solitarias.
Desde allí tomé un catamaran, que es el servicio de transportes público que une Tigre con las pequeñas localidades del Delta, y tras 45 minutos navegando por los canales, llegué a la población de Tres Bocas. Durante el trayecto se pueden ver innumerables casas, con sus innumerables muellecitos donde te dejan el catamarán-bus, e incontables pequeños canales que forman una especie de Venecia salvaje. Los canales forman pequeñas islas que son compradas por ricos argentinos para añadir una casa más a su patrimonio inmobiliario aunque, eso si, el lugar merece la pena...


Volviendo a Tres Bocas, aquí todo el mundo tiene una pequeña lancha, para poder desplazarse y moverse con comodidad por el delta y sus canales, cruzados por pequeños puentes de madera. La pequeña ciudad no tiene más historia que el lugar en el que se encuentra. A pesar de ser lindo, me llamó mucho la atención ver que la gran mayoria de las casas estaban elevadas sobre el terreno. Cuando pregunté el por qué, me quede boquiabierto. Las construyen asi por dos motivos: el primero es por la gran humedad que tiene la tierra alli y la segunda y principal es por que cuando sopla el viento procedente del ancho Río de la Plata, el nivel del agua sube tanto que se inundan las islas en incontables ocasiones...

Sin embargo, lo que más me impresionó fue ver desde el tren de la costa, increibles mansiones que se intentaban ocultar tras los grandes arboles plantados en sus gigantescos jardines. Aún así, estas mansiones, quedaban al descubierto ya que su perimétro estaba protegido por camaras de seguridad cada 10m y por...¡¡vallas electrificadas!! Vallas electrificadas, ¿para qué? ¿para protegerte de los pobres que no tienen un peso para viajar hasta tu barrio exclusivo? Con esta medida lo que demuestran es que a pesar de la gran cantidad de dinero que amasan, en el fondo son débiles e inseguros y temen que aquellos a los que en algún momento pisaron, humillaron, explotaron, se rebelen contra ellos...

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